La Cuba de hoy es un completo caos, donde solo unos pocos sobreviven al colapso social. Un Estado Fallido que no es capaz de salvar a un pueblo, tiene el deber, la obligación moral, la responsabilidad URGENTE de dimitir. Por Wendy Guerra Torres en FB.
La Cuba de hoy es un completo caos, donde solo unos pocos sobreviven al colapso social
Wendy Guerra Torres
Facebook el 9 de noviembre de 2025
Facebook el 9 de noviembre de 2025

El país se ha tornado un vertedero gigante
En Cuba, ahora mismo, fallecen o padecen, miles de personas a causa de la proliferación de enfermedades y virus conocidos o desconocidos, desatados por la profunda insalubridad que atraviesa la isla. El país se ha tornado un vertedero gigante, mientras las autoridades juegan, impostan o miran hacia otro lado.
Los hospitales y farmacias no cuentan con medicinas ni recursos para que los médicos cubanos, sobrepasados con los casos, puedan controlar una epidemia que, al no ser declarada como emergencia nacional, impide la entrada de ayuda de organizaciones internacionales de cooperación.
Mantener una utopía inexistente - vale más para ellos- que la vida de todo un pueblo. En este momento, niños, jóvenes y ancianos han sido abandonados a su suerte dentro de sus casas o en hospitales y policlínicos, saturados de enfermos.
Apenas existe servicio de transporte público para llegar a los centros de salud. Tras el paso del huracán Melissa, cientos de ciudadanos cubanos, asentados en el oriente del país, se encuentran aislados en zonas recónditas, donde han visto destrozados sus hogares y pertenencias.
Cada día, miles de personas se acuestan sin comer, o no tienen qué desayunar antes de salir a enfrentar su jornada. Los sueldos no alcanzan para comprar alimentos, jabón, detergente para bañarse, lavar la ropa, o transporte para desplazarse por pueblos y ciudades.
La Cuba de hoy es un completo caos, donde solo unos pocos sobreviven al colapso social; y esos pocos, carecen de garantías para mantener sus negocios, siempre amenazados y controlados por el largo tentáculo de las autoridades.
Han aparecido drogas químicas que modifican y afectan la voluntad de adolescentes y adultos, que amanecen tirados en las calles, perdidos o convulsionando. Cientos de mendigos revuelven, cada día, montañas de basura para buscar qué comer o con qué vestirse.
Los periódicos y agencias internacionales que tenían corresponsalías en la isla, han sido despedidos, por intentar contar la verdad de lo que allí ocurre. Los buró noticiosos que aún sobreviven, se ven obligados a atemperar la realidad para evitar ser expulsados. Los periodistas independientes que no están presos, "regulados", o desterrados, arriesgan su libertad, contando historias, que al resto del mundo les cuesta editar porque suena a distopia. Los apagones, la falta de agua, y sobre todo, la separación y desarraigo familiar, son el día a día de los cubanos. La ilusión porque regresen la luz, los hijos, nietos, padres y hermanos, son el ruego cotidiano dentro de la isla.
El pueblo, imposibilitado —por decreto— a protestar o expresar lo que allí ocurre, sobrevive bajo el silencio espeso, y es, ese mutismo, lo único que los aleja de las cárceles donde permanecen encerrados miles de cubanos que han salido pacíficamente a las calles.
El exilio sostiene económicamente a una parte importante de la población cubana, enviando dinero, medicinas, y alimentos para la supervivencia, paradójicamente, para el Estado cubano, ese exilio que los mantiene vivos con oxígeno, personifica a su mayor enemigo.
El silencio es el castigo impuesto por militantes, líderes, dictadores de un partido único que, en cuatro años, como la URSS, cumplirá 70 años en el poder.
Mi nación está herida de muerte, el resto del mundo debe saber cuán profundo es el daño antropológico. El colapso de Cuba no se debe observar como un fenómeno aislado, este desplome no es solo endémico, contaminará y arrastrará consigo, todos y cada uno de los significados ideológicos trastocados, manipulados y enfermos de poder, que un día aplaudimos y nos hicieron llegar hasta este punto.
Un Gobierno, un líder, un EstadoFallido que no es capaz de salvar a un pueblo, tiene el deber, la obligación moral, la responsabilidad URGENTE de dimitir y dejar el país en manos de aquellos que puedan rescatarlo; de lo contrario, pasará a la historia como el verdugo que terminó de aniquilarnos y nos exterminó como nación.





















