Video reporte especial DNews: Drusos, la minoría perseguida.

La comunidad drusa, un grupo étnico-religioso monoteísta originario del Medio Oriente, ha sido víctima de persecución y violencia en Siria durante años, situación que se ha agravado tras la caída del régimen de Bashar Alasad en diciembre de 2024. Esta comunidad, presente en países como Israel, Jordania, Líbano y Siria, practica el drusismo, una religión sincrética basada en enseñanzas abrahámicas y filosóficas antiguas. Aunque en Israel los drusos gozan de un estatus privilegiado y participan activamente en las fuerzas de defensa, en Siria han sufrido persecución bajo diferentes regímenes, incluido el de Al assad.

Tras el derrocamiento de Al assad, que mantenía una relación ambivalente con los drusos y priorizaba la lucha contra los grupos islamistas radicales, la comunidad drusa en el sur de Siria enfrentó una amenaza directa cuando grupos extremistas, vinculados al presidente interino Ahmed Al Shara (exmiembro de Al Qaeda), comenzaron una campaña violenta contra ellos, incluyendo masacres y desplazamientos masivos. En respuesta, los drusos intentaron establecer una zona autónoma para proteger su fe y cultura, pero la falta de apoyo estatal y la hostilidad de milicias beduinas e islamistas dificultaron esta iniciativa.

Israel, país donde los drusos son ciudadanos de primera clase y mantienen una alianza estratégica con el Estado, se convirtió en un refugio para miles de drusos sirios desplazados por la violencia. El gobierno israelí ha brindado asistencia humanitaria y apoyo militar, incluyendo ataques aéreos contra objetivos en Siria para proteger a esta comunidad y garantizar la seguridad en la frontera de los Altos del Golán. Además, la comunidad drusa israelí ha movilizado recursos para ayudar a sus correligionarios en Siria, coordinando ayuda humanitaria y promoviendo la protección de los desplazados.

Sin embargo, la situación sigue siendo crítica, con enfrentamientos continuos, bloqueos de carreteras y una grave escasez de alimentos y recursos esenciales para los drusos en Siria. La comunidad espera una solución pacífica que les permita regresar a sus hogares con seguridad, pero el panorama actual es incierto y peligroso.