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ERNESTO LECUONA, EL MÁS UNIVERSAL DE LOS MÚSICOS CUBANOS. Por el Doctor Alberto Roteta Dorado.

Foto debajo: Ernesto Lecuona es, sin duda, el músico cubano más universal. Sus obras son interpretadas por las figuras y agrupaciones orquestales más prestigiosas del mundo. 

Doctor Alberto Roteta.- Santa Cruz de Tenerife.- España. Un día como ayer, 6 de agosto, nació Ernesto Lecuona, el músico cubano de mayor universalidad. Como otros grandes de la cultura cubana, Lecuona nace en Guanabacoa, La Habana, en 1895. Fue matriculado en el conservatorio de Carlos Alfredo Peyrellade, aunque ya había estudiado varios años con su hermana, mucho mayor que el, la también pianista y compositora Ernestina Lecuona. Me limitaré a exponer unas pocas ideas que se apartan un tanto de la idea de lo biográfico. Quien muestre interés en la vida del destacado músico cubano, aunque de nacionalidad española, podrá hacerlo al consultar cientos de referencias bibliográficas que exponen de modo más o menos acertado su extraordinaria trayectoria.

En primer lugar, su apellido Lecuona es muy popular en las Islas Canarias, específicamente en Tenerife, justo donde falleció el autor de La comparsa. Existen academias particulares de arte y notarías que tiene como nombre Lecuona, como el apellido de Ernesto. Su padre era canario y aún viven en la mayor de las islas, Tenerife, familiares directos del padre de Ernesto. Lecuona murió en Santa Cruz de Tenerife, en 1963. El maestro quiso conocer la tierra natal de su padre y la muerte le sorprende camino hacia el famoso Hotel Mencey, sitio donde se hospedaba, según declaró Alicia Lecuona, su sobrina, al periodista Andrés Chávez. No obstante, el chofer del taxi que lo conducía lo llevó al Mencey, pero a su llegada ya estaba muerto.

Su universalidad no admite discusión. Sus obras son interpretadas en cualquier lugar del mundo por los más grandes artistas. Basta mencionar a los tenores españoles Alfredo Kraus y Plácido Domingo, a la soprano María Bayo, también española, amén de infinidad de agrupaciones orquestales, entre las que sobresalen la Orquesta Filarmónica de Berlín y la Sinfónica de la Radio de dicha capital alemana, sin olvidar a varias orquestas sinfónicas de España que incluyen en su repertorio sus obras, de manera muy especial su Suite Andalucía. Lecuona, a diferencia de otros compositores cubanos como Amadeo Roldán, Alejandro García Caturla, Leo Brower y Harold Gramatges, los que se interpretan en la actualidad muy poco o nada, sigue siendo un referente como compositor.

Las severas críticas, carentes de fundamentos sólidos, no han podido influir negativamente en la apreciación de su obra. El escritor cubano Alejo Carpentier, que escribió mucho sobre música y se autonombró musicólogo – sin haber realizado estudios de este tipo, ni haber terminado estudios universitarios y habiendo pasado solo un par de cursos de la carrera de arquitectura–, en su libro La música en Cuba, intenta destruir a Lecuona. Para el autor de Los pasos perdidos todo lo que compuso Lecuona estaba fuera de época y su único mérito había sido entretener a las señoras de los salones. Con esto, el gran escritor – no se puede quitar su mérito en este sentido–, complacía al régimen castrista, del que fue un ferviente admirador y servidor, toda vez que le creaba una inmerecida aureola de mediocridad a Lecuona, al propio tiempo que lanzaba sus dosis venenosas hacia la supuesta burguesía cubana anterior a 1959.

Esta hipótesis del anacronismo en la música de Lecuona la repite muchos años después el compositor cubano, radicado en los Estados Unidos, Aurelio de la Vega, quien afirmó que "en toda su música usa un lenguaje armónico de cien años antes. Su éxito parece, por eso, increíble". Lo de los cien años es una exageración. Es cierto que Lecuona no experimentó con nuevas fórmulas dentro del vanguardismo, esto es, fue extremadamente académico; pero quien afirma cosas como estas no ha sido capaz de descubrir la grandeza de sus Danzas Afrocubanas, ni estremecerse al escuchar su colosal obra para piano Ante el Escorial. Algo similar sucede con el estilo del compositor y pianista Serguéi Rajmáninov, cuyas obras siguieron impregnadas de los matices del romanticismo, aún cuando dicho movimiento había quedado atrás en el contexto histórico en que vivió el famoso maestro ruso. Nadie cuestiona la inmensidad del autor del Concierto para piano y orquesta Op. op. 18 (1900-1901), también la real dimensión de su obra, como en el caso de Lecuona, lo impide.

Otro aspecto que me parece interesante comentar es el relacionado con sus cualidades como intérprete. Generalmente se hace referencia al compositor y no al intérprete. Lecuona fue un pianista de cualidades excepcionales que interpretó no solo su extensa obra para piano, sino a otros compositores como Chopin, Ravel, Saint Saëns, entre otros. Lamentablemente se alejó de su trabajo como pianista concertista y prefirió estar de gira en gira, con su compañía, difundiendo sus zarzuelas, presentando conciertos con sus piezas para voz y piano, dirigiendo revistas musicales, etc. Tal vez hubiera llegado muy lejos y muy alto si se hubiera concentrado solo en su labor como pianista concertista.

 

  • Foto deebajo: Huberal Herrera es el más grande conocedor y el mejor intérprete de la obra pianística de Ernesto Lecuona. La Sociedad General de Autores y Editores de España lo escogió para la grabación de la integral para piano del maestro en tres CD.






    Por último, pero no menos interesante, comento algo que apenas se conoce. Me refiero a que Ernesto Lecuona, en 1922, junto a Gonzalo Roig, César Pérez Sentenat, Joaquín Molina Torre, Virgilio Diago y David Rendón, fundó la Orquesta Sinfónica de La Habana, la cual ofreció su concierto inaugural el 29 de octubre de ese año, en el que Lecuona actuó como solista, con el Concierto núm. 2, en sol menor, op. 32 para piano y orquesta, del compositor francés Camilo Saint-Saëns, bajo la dirección de Gonzalo Roig.

No es justo concluir este comentario dedicado al autor de Andalucía sin hacer mención a alguien que se dedicó a investigar y profundizar en la obra pianística de Lecuona como no lo ha hecho nadie. Me refiero al maestro Huberal Herrera, aún vivo, considerado el mejor intérprete de su obra. Fue, precisamente, Huberal Herrera, el pianista escogido por la Sociedad General de Autores y Editores de España, SGAE, y la Fundación Autor, en 1996, con motivo del centenario del maestro, para grabar la integral de obras para piano de Lecuona en España, algo que, lamentablemente, no se hizo jamás en Cuba, donde el régimen comunista intentó marginar su obra, aunque no pudieron. Su universalidad y su prestigio en el mundo lo impidieron, amén de la firmeza de algunos artistas que defendieron su legado, especialmente la mezzosoprano Esther Borja, quien exigió que en su programa Álbum de Cuba se tenía que hacer mención al maestro, además de la interpretación de sus obras.

    albertorot65@gmail.com  

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