Raúl Díaz Torres, el primero en 'desertar' del castrismo. Por Jorge Luis González Suárez. Cubanet.
Raúl Díaz Torres, el primero en «desertar» del castrismo

El primer "desertor" del Ejército Rebelde fue uno de los 82 integrantes de la expedición del yate Granma: Raúl Díaz Torres.
LA HABANA, Cuba. – Raúl Díaz Torres se fue a México para sumarse al grupo armado que encabezado por Fidel Castro regresó a Cuba a combatir al régimen de Fulgencio Batista. Después del desembarco del yate Granma, el 2 de diciembre de 1956, perseguidos los expedicionarios por las fuerzas gubernamentales, Díaz Torres logró escapar y ocultarse durante varias semanas hasta que se reincorporó a las fuerzas fidelistas el 17 de febrero de 1957.
En la lucha guerrillera participó, entre otros combates, en el ataque al cuartel de La Plata. Terminó la guerra con el grado de capitán, pero fue nombrado comandante el primero de enero de 1959.
Poco después de la entrada de los rebeldes en La Habana, al regresar a Güines, el pueblo donde había nacido en 1930, tenía una barba que le llegaba casi hasta la cintura y su uniforme verde olivo era poco menos que un harapo.
Según el testimonio de su amigo y también expedicionario del Granma Ernesto Fernández, cuando sus compañeros de antaño fueron a saludarlo, Díaz Torres los recibía con afecto y humildad, pero cuando lo elogiaban por su actitud en la guerra les decía: “¿Por qué me felicitan? Yo solo hice lo mismo que Fidel: nada. Yo hice muy poco desde que me di cuenta que Fidel Castro se pasó la mayoría del tiempo acostado en una hamaca, fumando tabacos H Upmann y leyendo libros”.
Según Fernández, un amigo le dijo: “Si fueras a la cárcel a hablar con el general Eulogio Cantillo, estoy seguro de que hubieras recibido una opinión más favorable sobre Fidel Castro que la que tiene Raúl Díaz”.
Unos meses después, Díaz Torres dejó atónitas a varias personas que le escucharon decir: “¡Ahora sí que nos cayó carcoma, esto es una basura; Fidel no es solamente un comunista, sino que es tremendo hijo de perra!”.
A su amigo Juan Domínguez, le aconsejó: “Saca a tu familia de aquí, me consta que este tipo es un millón de veces peor que Batista”.
Supe de algunos de esos hechos por mi progenitora, que conoció a Raúl Díaz Torres y a su hermano Rubén, quien vivía en el Reparto Eléctrico y trabajaba como guardabarreras en la vía de ferrocarril que se encuentra debajo de los elevados de Tallapiedra.
El hecho que provocó la ruptura definitiva de Raúl Díaz Torres con el régimen castrista se produjo en 1961, en Güines, cuando durante una escenificación de la vida y muerte de Jesucristo, a la cual asistían miles de personas, milicianos fidelistas comenzaron a tirotear a los asistentes, haciéndoles correr aterrorizados. Díaz Torres, delante de los presentes, se arrancó de los hombros las estrellas de su grado de comandante, las tiró al piso y gritó: “Yo no vine en el Granma ni estuve en la Sierra para esta mierda”.
Poco después, buscó asilo político en la embajada de Ecuador. Exiliado en Miami, se convirtió en un activo anticastrista.
En dicha ciudad se casó y tuvo tres hijos: Raúl, Ricardo y Rubén. Enfermo con diabetes crónica, sufrió la amputación de sus dos piernas. Murió a principios de la década de 1980.





















