"Minguito" salvó su televisor. Por Eloy A González.
Eloy A Gonzalez [1 de noviembre de 2025]. La imagen se volvió viral y se transformó en una fotografía emblemática de la sociedad cubana actual, que fue impactada por los estragos del huracán "Melissa", el cual atravesó el oriente de Cuba. La imagen ha estado presente en la mayoría de las noticias acerca de este desastre natural. La imagen ha estado presente en la mayoría de las noticias acerca de este desastre natural. La imagen muestra a un cubano empobrecido que transporta una televisión, probablemente lo único que poseía, en un ambiente de desamparo e inundación. Hoy sabemos quién es: se llama "Minguito".
Conforme a lo que
reporta La Tijera, un sitio de temas cubanos muy conocido, “Duany Despaine,
conocido como “Minguito”, quien se volvió viral en las redes sociales mientras
trataba de salvar un televisor en medio de las inundaciones que dejó el Huracán
Melissa, gracias a Dios está bien, ¡está vivo!” No es para menos la
noticia. Aún no sabemos quién es el fotógrafo de tan eficaz toma fotográfica.
Pero ahí está Minguito salvo, pero tal vez no tan sano, comiendo quién sabe
qué.
Es una imagen o un
conjunto de imágenes desgarradoras sobre la Cuba actual, considerada un Estado
fallido.
Tal vez a muchas
personas —no cubanos— les resultará imposible de creer lo que significa para un
hogar cubano el televisor o cómo se le ha dado en llamar: “La caja tonta”.
El régimen
comunista que se estableció en Cuba en 1959 comprendía la importancia de la
televisión como herramienta ideológica y utilizó todos los recursos
tecnológicos avanzados de las cadenas televisivas existentes, así como sus
instalaciones (que habían sido confiscadas sin compensación), para crear un
sistema de intoxicación política que ingresaba a los hogares cubanos sin restricciones.
La televisión en
la dictadura cubana se utilizó como una herramienta principal de control y
propaganda para moldear la opinión pública, reforzar la ideología del Estado y
demonizar a la oposición. Se empleó un monopolio estatal sobre los medios, lo
que permitió que el gobierno controlara completamente el contenido de la
televisión, promoviendo su propia versión de los eventos y limitando el acceso
a la información externa. El control sobre los medios de comunicación fue
crucial para consolidar y mantener el poder del gobierno.
Pero también fue
el único medio para el entretenimiento, en una sociedad gris y escasa de
cualquiera otra forma de enriquecimiento intelectual, sobre todo en las
regiones alejadas de la capital del país; “lo único que hay es la televisión” afirmaban
los cubanos que se acostumbraron a sufrir sin conocer otras maneras de
entretenimiento durante sus ratos libres.
Desde 1978, teníamos
un televisor Caribe que adquirí sin utilizar cupones de la CTC ni asignaciones
del gobierno. Lo adquirí y lo pagué junto con mi primer refrigerador, cuando
toda la familia se mudó. Los años setenta fueron el momento en que conocimos la
televisión a color, y todos los hogares cubanos deseaban poseer uno de esos
televisores. Diez años más tarde, logramos
adquirir un televisor de color pequeño a través de la adquisición de
"chavitos"[1] por pesos cubanos. Adquirí el televisor por
aproximadamente 600 dólares, y lo utilizamos hasta que nos fuimos al exilio, a
finales de los años noventa.
Una casa en Cuba no
es una casa si no tiene televisor, sin importar que esté totalmente en ruinas o
incluso se haya declarado inhabitable. Pero ahí está, en su sitio especial de
la sala, el televisor, que acompaña a la familia en la vida miserable que
llevan bajo el socialismo.
Así pues, ustedes
pueden comprender cuán complacido está Mungito mientras atraviesa la inundación
con el agua a la cintura y el televisor fuertemente agarrado. ¿Se salvó el
televisor? Lo dudo, ya que lo tenía en gran parte sumergido en el agua fangosa
que las inundaciones indescriptibles dejaron en toda la región oriental del
país.
El huracán arrasó todo a su paso. Minguito, desde el agua y con una sonrisa animada, salvó su televisor. Es posible que el televisor no vuelva a funcionar. Con la cuchara en la mano, se apresura a comer algo que consiguió. Si el televisor funciona, probablemente pueda ver alguno de los discursos antiguos del innombrable en Jefe, en los que seguramente estará hablando sobre el brillante futuro que nos aguarda a los cubanos cuando, por fin, edifiquemos una sociedad socialista, primer paso para alcanzar el comunismo. ¿Cómo será el comunismo? Por favor, lo dejo como tarea.
