
LA DELINCUENCIA ASOCIADA A LA INMIGRACIÓN ILEGAL Y EL SILENCIO CÓMPLICE DE LA IZQUIERDA Por el Doctor Alberto Roteta Dorado.

LA DELINCUENCIA ASOCIADA A LA INMIGRACIÓN ILEGAL Y EL SILENCIO
CÓMPLICE DE LA IZQUIERDA
Por el Doctor Alberto Roteta Dorado.
Foto debajo:

Santa Cruz de Tenerife. España. La izquierda está preocupada sobremanera ante el vertiginoso avance de la derecha a escala mundial. De manera despectiva arremeten contra todo lo que se aparte de sus patrones de carácter sectario. Su estado de decadencia cuasi en putrefacción los conduce inevitablemente a ver figuras fantasmales a partir de un ápice de realidad, o, en última instancia, a intentar adentrarse, sin poder, en las profundidades de un gran iceberg del que solo pueden percibir la sombra de su exiguo lado visible. Para los socialistas y comunistas – muy a su manera– todos sus adversarios somos fascistas o de la ultraderecha, como también de modo despectivo se nos dice. Su gran obsesión es, en el presente, la sombra de una “ultraderecha” que renace “brutal” por el mundo.
Esta preocupación de los seguidores de Marx y de Stalin ha adquirido nuevos bríos en los últimos meses. La participación, cada vez más masiva, de jóvenes de edades entre los 16 y los 24 años resulta significativo, amén de que dichos movimientos juveniles proliferan en varios países occidentales. La libertad individual, la libertad de pensamiento y de expresión, la lucha contra la islamización europea y la inmigración ilegal caracteriza a esta oleada de movimientos de jóvenes en Europa. Para los aberrados de la izquierda socialista esto se debe al discurso de odio e incitativo de la ultraderecha. Han preferido seguir con su vacía retórica de hace medio siglo antes de admitir que las tomas de conciencia han existido, existen y seguirán existiendo a través de la historia. La juventud europea no quiere seguir siendo adoctrinada por el veneno mortal de los partidos políticos de izquierda y han determinado lanzarse a los espacios públicos reclamando sus derechos.
Una constante en el tenebroso pensamiento de los autoproclamados progresistas del mundo es la idea de un discurso antiinmigración cada vez más frecuente, algo que atribuyen, sin fundamentos teóricos ni evidencias prácticas que lo sustenten, a los efectos del progreso de la “extrema”derecha. En realidad, como todos sabéis, se trata de un rechazo general ante una invasión de migrantes ilegales procedentes, principalmente, de naciones del centro y occidente del continente africano. Esta oleada migratoria se ha asociado a mayores índices de delincuencia, aunque algunos gobiernos se niegan a aceptar esta hipótesis.
En el caso de España, una de las naciones donde la inmigración ilegal alcanza elevados índices, se les debe recordar o dar a conocer a sus gobernantes socialistas, que, según el Instituto Nacional de Estadísticas, dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital a través de la Secretaría de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, se certifica que la mayor parte de los condenados en 2023 tenía nacionalidad española (72,3%). No obstante, atendiendo a la tasa por cada 1.000 habitantes de 18 y más años, la de los de nacionalidad extranjera (14,6%) fue superior en 2,5 veces a la de los de nacionalidad española (5,8%). Es decir, aunque en términos absolutos los españoles cometen más delitos, en términos proporcionales la población extranjera registra una tasa de condenas significativamente más alta.
Una parte especialmente sensible de esta estadística está relacionada con la violencia sexual y los asesinatos de mujeres. Según datos publicados por THE OBJECTIVE y extraídos del Ministerio de Igualdad, más de la mitad de los asesinatos de mujeres en lo que va de 2025 —un 53%— han sido cometidos por agresores extranjeros. Una cifra que, puesta en proporción, revela un dato aún más significativo: los asesinatos de mujeres perpetrados por extranjeros cuadruplican la tasa de los cometidos por hombres españoles.
Foto debajo: Santiago Abascal, líder del partido político VOX, de derecha, la tercera fuerza política de España, se ha pronuciado enérgicamente contra la inmigración ilegal y la deportación de todos aquellos que, aún siendo legales cometan actos delictivos.
Según un informe oficial de la Dirección General de la Policía del Departamento de Interior de la Generalitat de Cataluña –firmado por el comisario Josep Lluís Trapero–, durante 2024 el 91% de los hurtos y el 83,5% de los robos con violencia registrados en la capital catalana fueron cometidos por personas de nacionalidad extranjera. Según las cifras más recientes publicadas por Instituciones Penitenciarias –correspondientes a mayo de 2025–, los internos de nacionalidad extranjera representan ya el 32,7% del total de reclusos en España. En términos absolutos, se trata de 19.939 personas extranjeras encarceladas, sobre un total de 60.938 presos, lo que supone unos 3.500 más que al inicio del mandato de Pedro Sánchez.
Según un estudio serio de Francisco de Paula García Vélez, Comisario Honorario del Cuerpo Nacional de Policía, en Madrid, en 2023 había en sus cárceles un total de 7.066 reclusos, de los cuales 4.024 eran españoles (un 59,9%) y 3.042 eran extranjeros (un 43,1%), si bien la población extranjera empadronada en Madrid representa el 20% del total de la población de esta Comunidad. En Cataluña, según datos de la Guardia Urbana y de los Mossos d’Escuadra, entre 2022 y 2023 en 78,8% de todos los detenidos en Barcelona eran extranjeros. Un dato significativo en esta Comunidad es que el 75% de los reclusos de entre 18 y 22 años son inmigrantes. A fecha 30 de junio de este año en las cárceles catalanas había 511 jóvenes extranjeros de esas edades, suponiendo estos la cifra más alta de los últimos 11 años.
Los marroquíes encabezan las listas de prisioneros en las cárceles españolas, con 3.841 presos, lo que supone el 27% del total de internos extranjeros, muy por delante de otras nacionalidades. El segundo lugar ocupan los colombianos con 1.502 presos (11%), seguidos de los rumanos con 1.156 presos (8%), y luego los argelinos con 1.000 presos (7%).
De cualquier modo, en el contexto actual, la presencia de inmigrantes africanos es rechazada por la mayoría de los españoles, independientemente de que se pueda tratar de elementos racistas o no. Los argumentos coinciden en que traen inseguridad en los barrios. Diferentes encuestados por parte de medios independientes afirman que con frecuencia son amenazados e insultados por parte de los inmigrantes.
Foto debajo: Las principales cabecillas de la secta feminista española. Irene Montero e Ione Belarra, comunistas, acérrimas "defensoras" de los derechos de la mujer que han preferido el silencio cómplice de la maldad antes de denunciar a los inmigrantes ilegales responsables de ataques y violaciones.
Hay casos muy concretos y graves de demuestran hasta donde se ha llegado al abrir las puertas a la inmigración ilegal. Un anciano fue brutalmente agredido en el poblado de Torre Pacheco, en Murcia, por un magrebí. La indiferencia del Gobierno español los hace cómplices del acto delictivo. Un sepulcral silencio reinó entre la cúpula socialista española que, por desgracia, se mantiene en el poder. VOX, la tercera fuerza política de España, de orientación derecha, aunque, desde la visión distorsionada de la gentuza de la izquierda, es de extrema derecha se pronunció de manera enérgica ante dicho acto. El discurso de su líder, Don Santiago Abascal, fue tomado por los progres como muestra de la incitación al odio, cuando en realidad los habitantes de Torre Pacheco se lanzaron a las calles como muestra de su rechazo a la inmigración ilegal. El Gobierno prefirió pronunciarse contra los llamados ataques racistas y, como era de esperar, culparon a los de la ultraderecha, de manera muy especial a VOX por incitar al odio y ser la causa de los disturbios.
Una joven fue atacada y violada por un joven de 21 años procedente de Mali en la localidad de Alcalá de Henares, cerca de Madrid. El Gobierno, una vez más guardó silencio, toda vez que se sienten culpables de lo que ya puede ser considerado una verdadera invasión. Lo peor de todo es que las líderes del feminismo, movimiento de mucha fuerza en España, fueron indiferentes ante este acto brutal. De manera contraria a lo que tenían que hacer, como feministas que se supone que sean, se dedicaron a lanzar su mortal veneno, cual viles serpientes, contra los españoles que han protestado contra la inmigración y contra la delincuencia magrebí. Les han llamado racistas y fascistas por denunciar y arremeter, con sobradas razones, a los asaltantes, a los responsables del desorden, a los que amenazan, a los que insultan y a los que agreden diariamente en diversos puntos del país.
Así andan las cosas por esta parte del mundo, entre una oleada invasiva de inmigrantes ilegales y el silencio cómplice de una izquierda decadente que sabe la proximidad de su derrumbe definitivo.